La invasión de los chaaaachos.

Bueno, pués después de esperar un tiempo prudencial y comprobar que no nos cierran este quiosco...aquí estamos de nuevo, y aquí nos quedamos, que nos gusta más este sitio que el otro. Que se prepare el mundo, que aquí vuelve Iru y Martina. "The return".
No empezamos bien las cosas, no. Esto es lo que nos está pasando.
Nosotros somos (bueno, desde hace una temporadina, tenemos que decir "eramos") unos privilegiaos por decirlo de alguna manera, ya que salimos del portal y a 50 metros escasos tenemos monte y unos praos pistonudos por los que correr a gusto y a lo loco, que es cómo nos gusta, sin tener preocupaciones de que nos pille un coche y nos pueda hacer pupa.
Pués bién, desde hace una temporadina, venimos sufriendo una invasión gradual y silenciosa de nuestros espacios por parte de una gente que "prao que no se trabaja", es "prao pa mi", y llegan y cómo no es de nadie (dicen ellos), pués todo pa mi...,  llego, lo cerco todo de alambre de espino (que Juana y Alberto nos dicen que está prohibido) y meto caballos por un tubo a pacer.
Por lo tanto los de dos patas han decidido que se termino la fiesta de correr libres. Ahora, tenemos que subir con correa hasta cerca del hórreo de Pepe el lechero. Allí nos sueltan y podemos correr lo que queramos...pero no es igual, porque es una pista de tierra y no mola tanto como el prao. Además cual fué nuestra sorpresa cuándo el otro día íbamos a correr al último reducto de prao libre que nos queda seguro antes de llegar a la carretera...y, ¡tomaaa!, nos lo habían cerrado con un pastor electrónico y estaba también lleno de caballos. Nos quedamos de piedra.Nos hemos convertido en "Iru y Martina sin Tierra", ya no nos queda nada, ni una miserable brizna de hierba libre. Estos invaden más rápido que Alejandro Magno, y cómo nadie se atreve a toserles...Además esto crea un conflicto respecto a nuestra salud, porque estos caballos no tienen ningún control ni sanitario ni veterinario y las garrapatas se reproducen muy a gustito por lo tanto raro es el día, que sin siquiera entrar en el prao,no volvemos a casa con un par de ellas de polizón. Menos mal que vamos superprotegidos con la pipeta que nos ponen y el spray que nos echan en casa. No se nos agarran, pero las traemos por encima y hay que tener cuidadín que un día va a ocurrir una desgracia gracias a estos señores invasores. Hace algunos años pasó algo parecido a la invasión actual, y se murieron algunos perrinos del barrio por picadura de este bicho. ¡Vaya miedo!
Total, que cada vez tenemos que ir un poco más lejos para poder disfrutar de la vida en libertad y de las carrerinas locas. Esperamos ansiosos a que estos señores no tarden mucho en agarrar la "fragoneta" y se vayan por dónde han venido, que esto es "Territorio Galgo" y reclamamos lo que es nuestro por derecho, que pa eso llegamos antes que ellos.


6 comentarios:

Jose bulnes dijo...

Joer, vaya putada, no se me ocurre otra palabra.
es lo de siempre de aquí a que los echen va a llover...
A mi también me gusta más bloger, con lo otro no me aclaro.

Saludos.

tato galgo español dijo...

Hola Iru y Martina,en primer lugar...¡¡que bien que os quedéis en esta comunidad!! la otra es como mucho más seria, nosotros nos quedamos sin espacio y a mi mamí se le ocurrió abrir otra cuenta al nombre de Tato, no veáis lo importante que me siento ahora que soy administrador de mi blog y tengo el doble de espacio para poner fotos.
En segundo lugar....¡¡Os acompaño en el sentimiento, por la perdida de vuestro prado!! pero confieso que prefiero caballos y garrapatas a hombres, los cuales muchas veces llenan mi campo preferido y eso si....muchos de ellos son bichos muy gordos.
Así que decirle a Juana y Alberto que no os importa ir un poco más lejos, aunque sea bien atados, así me llevan a mi desde que me adoptaron, porque soy el galgo más miedoso del mundo y nadie se fía de mí.
Y por ultimo, ¿fragoneta? ay dios....ya se de que clase son esos señores. Lo dicho...bien atados, no tengamos un disgusto porque han secuestrado a 2 galgos.
Os deseo corta caminata hasta el prado más alejado y felices carrerillas.
Un fuerte apretón de patas.

Covilandia - LuayPompeya Galgas dijo...

Vaya rollo!! los caballos de los gitanos están en todas partes. Nosotras ya tuvimos que desliar a uno que estaba todo enroscado en una cuerda y la cuerda daba vuelta a un banco y a una farola (para que os hagais una idea de donde estaba).

Lo del alambre da mucho miedo, a veces no se vé bien y la perri de mi amiga una vez chocó con uno y se dañó la nariz, y eso que no tenía pinchos.
Y lo de las garrapatas... vaya miedo majos. Quizá vosotros deberíais de ponerles la vacuna contra la infección por garrapata. Lua la tiene puesta y tendremos que ponérsela tambien a Pompi. No todo el mundo es partidario de esa vacuna, pero mi vete confia en ella.
Yo voto porque digais en la policía que unos chachos se adueñaron de un prao, que tienen un morro que se lo pisan, vamos. Aunque yo no estoy para hablar, porque todas las mañanas me meto en un prao ajeno para que las perras puedan correr agusto, y me lleva media hora llegar hasta allí, pero yo no lo cierro, solo lo uso un rato, y si hay caballos pues les saludo educadamente.

Animos chicos!!

Iru y Martina dijo...

¡Jo, Tato! Que importante eres...Administrador de tu propio Blog...¡Guau!(y nunca mejor dicho) Y nosotros también nos sentimos orgullosos de tener un amigo cómo tu, que en esta casa andan un poco justos en cuestiones informáticas.
Aquí no suele haber problemas serios con los chachos, pero cuándo nos ven, les debe salir a flote algún gen escondido porque nos persiguen con los ojos golosones. El otro día uno nos hizo fotos con el móvil y Juana se enfadó mucho. El muy osado hasta habló de dinero...¡Imbecil! El precio de nuestra vida no se mide en dinero...se piensan que todos los humanos son iguales. Menos mal que aquí siempre sacan pecho por nosotros, se lo hubieran comido al imbecil con trapos y todo...Tienes razón vale más ir un poco más lejos y disfrutar tranquilos, ¡que será por falta de praos en Asturias!

Iru y Martina dijo...

Ostras Covi, aquí un año al salir los guajes del cole y pasar a un parque pequeñín que hay delante del colegio, se encontraron con un burrin atao a una farola y pastando tranquilamente en el prao y cómo tenía una cuerda muy larga pasaba por el medio de los columpios y los niños tenían un miedo que no veas. Total, que una madre acabó llamando a la policía local y vinieron a sacarlo del parque, pero lo amarraron en otro prao más abajo. O sea, hazte a la idea de lo que les importa. Los praos cerrados con el alambre de espino ya los vieron cien veces y pasan de ellos. Mientras no armen bulla y no incordien a nadie no miran pa ellos y mientras los demás a jodernos y a aguantarnos...

Moji dijo...

es lo que pasa...que estamos en tierra d nadie y los que menos culpa tenemos nos callamos y nos aguantamos.
Seguro que encontrais otro sitio con mucha hierba donde pasarlo bien
:)

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