Un encuentro inesperado

A veces, (pocas, muy pocas), se producen encuentros hermosos con otros seres humanos. Hace poco gozamos de uno de "esos" encuentros escasos y maravillosos, y yo me siento obligada a contarlo, porque esta gente se merece mi reconocimiento personal. No sólo vamos a contar los "encontronazos" que tienes en el 99% de las veces que te topas con alguien que se cree que lo sabe todo y se permite todos los lujos y todas las licencias del mundo para decirte todo lo que estás haciendo mal con tus perros y todo lo que "deberías hacer" con ellos para que "sean felices". Para todos estos, una pedorreta bien, pero que bien grande. Para los otros mi reconocimiento y mi admiración porque saben valorarlos cómo yo lo hago.
Los domingos, siempre que podemos, bajamos a Avilés a comprar el pan con Iru y Martina, y aprovechamos para dar un paseín si el tiempo lo permite para disfrutar un poco de la ciudad sin prisas.
Pués bién, estábamos dando el paseín, y en el Parche, Alberto entró en el quiosco a comprar chuches para los guajes.
Yo, me quedé fuera con mis dos fieras, esperando, y, a los pocos segundos, me percato de que a unos metros de nosotros hay un señor parado que nos mira insistentemenete. Veo que se pone en movimiento y se acerca a nosotros. Retranqueo un poco, me tenso e instintivamente me preparo para el habitual asalto mientras pienso: ya está aquí el listo de turno. Se queda mirando y capto algo en su mirada, que de primeras no se explicar. Es un señor en edad de estar jubilado hace tiempo. Con acento de no ser de Asturias (castellano, manchego, extremeño...supongo) se dirige a mi y me dice:
-Se parece a mi Loli
-Ah!...Tiene usted una galga...
-No...ahora no, se ríe. Hace muchos años. Cuándo yo era un chaval, tenía una galga que se parecía mucho a la tuya. La teníamos en casa, pero no para cazar. Dormía conmigo, en mi cama, y no me perdía de vista ni un minuto. Iba detrás de mi a todos los sitios.
Todo esto me lo va contando mientras acaricia con una ternura inmensa la cabecina de mis perrinos. Ellos se dejan querer, cómo adivinando que es buena gente. Hasta Iru, que los que lo conocéis sabéis que es poco amigo de los afectos, se rinde a la mano que lo acaricia con tanto amor. Saben diferenciar perfectamente a las personas, eso lo tengo claro.
-¿Estos son de los que los cazadores ya no quieren? me pregunta.
-Mas o menos, le digo.
Advierto mucho pesar en su gesto por mi contestación. Y me sigue contando su historia.
La galga, no era para cazar, nunca he cazado, pero tenía un instinto brutal y cuándo salía al campo era muy facil verla regresar con una liebre. ¡La de hambre que nos quitó en casa mi Loli...!. Hubiéramos pasado mucha más hambre que la que se pasaba por aquella época en un pueblo pequeño. Hasta que pasó lo que pasó... y un día, en época de nieves, cuándo los galgos no pueden cazar, nos la trajeron a casa dos guardas con una liebre. Nos preguntaron si era nuestra, y delante de todos, le pegaron dos tiros, y me la mataron allí mismo los muy sinvergüenzas. ¡La lloré tanto...!
Yo me quedé muda, sin saber que decir, pero sintiéndome tremendamente mal por haberlo juzgado de antemano sin haber cruzado una sola palabra con él, acostumbrada a las mismas historias de siempre.
Me quedo con lo bonito del encuentro. Nos despedimos, y doy fé que si hoy me lo volviera a encontrar posiblemenete no sabría quién es. No todo el mundo es igual. Este pequeño porcentaje de gente maravillosa existe, lo que pasa es que estamos tan acostumbrados a oir tantas y tantas tonterías que a veces enterramos un poco la capacidad de ver otras cosas, pero las hay, y ojalá pudiéramos cruzarnos con ellas más a menudo.


 

12 comentarios:

Alberto el de las galgas dijo...

Preciosa y conmovedora historia. Me ha emocionado muchísimo.

La idea de ese pobre hombre observando a tus galgos en silencio antes de acercarse, pensando en su Loli... rompe el corazón.

Es verdad que es muy raro encontrarse a personas así. Lo sé por experiencia. Yo estoy más que harto de explicar que mis galgas no cazan. ¡Están jubiladas! No tienen que ganarse el pienso. ¿Entonces, para que las quieres? me dicen siempre. Yo contesto: "Para hacerme felíz." Esto no lo codifican.

Preciosa entrada. Gracias por contarlo.

Un beso para vuestras bellezas.

Iru y Martina dijo...

Gracias por tus palabras, Alberto. Te aseguro que para nosotros este señor fué un auténtico descubrimiento acostumbrados a otro tipo de gente y comentarios. Hay muchas cabezas cuadradas y que no dan para más. El que no conoce a los galgos no sabe lo que se pierde...¡allá ellos! Yo sólo pido que me dejen vivir en paz con ellos, han sido nuestra más acertada elección.

Un abrazo para ti y tus preciosas perrinas.

Lorena dijo...

Me encantó el post... Me ha emocionado....
un beso enorme

Manoleritina dijo...

Jó, qué atragantón, es que parece que hay que estar siempre a la defensiva porque hay tanto faltosu, sobre todo los paisanos mayores... pero ya ves, a veces nos sorprenden... preciosa entrada.
Manoleritina.
Mila.
Bulnes Blog.

Jose bulnes dijo...

Ya tenemos desde ayer a nuestra galguita en casa, estamos contentísimos, la hemos ido a buscar a Madrid, menudo tutísimo de coche pero ha merecido la pena.
Hoy hemos estado paseando por Salinas, os dejo mi FEISBU jejejje por si la quereis ver.
Me buscais por Jose Bulnes.

Saludos

Covilandia - LuayPompeya Galgas dijo...

Que encuentro tan entrañable y que triste su historia, madre mia...
Además contado tan bonito como siempre.
Yo en la manifestación estuve charlando con un galguero poseedor de 17 galgos, como siempre, este se consideraba "de los buenos". Que cruz...!!!
Saludos.

Alberto el de las galgas dijo...

JOSE BULNES:

Me alegro muchísimo. Estoy seguro de que os hará muy felices. Y vosotros a ella.

Saludos

Melito dijo...

Arf arf!.
Os acabo de ver por la caseta de mi querido Tato (y adorado por mami jeje,cualquier día me pega de cambiazo con él :P).Que historia tan tierna y triste a la vez;ese señor miraba y miraba recordando a su amada Loli que un día unos salvages le mataron delante de él...Nuestra España profunda como dice mami,aún esta muy viva para pena de muuuuuuchos.
Os dejo un lametón,ronroneos,gugús y besos de nuestra parte.

Moji dijo...

increible...
es verdad,es raro encontrarse con gente así,a mi aun no me ha pasado.
gracias por compartirlo.

Jose bulnes dijo...

Gracias por vuestro comentario en el blog, estamos muy ilusionados con Gala y al mismo tiempo un poco confusos pues se la vé como si fuera a su aire, no sé si me entendeis, es muy cariñosa y noble pero a veces se queda como ida como si nadie estuviera con ella y no sabemos que hacer supongo que el tiempo con nosotros lo arreglará.

Un saludo.

Manoleritina dijo...

Gala es un amor, lo que pasa es que es un poco protestona cuando está echada; no le gusta mucho que la acaricien el culete. Es muy pronto aún, hay que trabajar mucho con ella, con paciencia y enseñarle a recibir cariño. Qué triste. Pero es así.
Besos.
Manoleritina.
Mila.

Unknown dijo...

Una historia MUY bonita, contada de tal manera que deja pasar las emociones...
Desde luego que existe gente así...y para los que os conocen, VOSOTROS formáis parte de esta clase de personas...a la que...aunque pase el tiempo...NO se olvida.
Os queremos.

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