Galgos o podencos...Diálogo para besugos

Estoy totalmente de acuerdo con Juana. En verano, creo que es por el calor, los cerebros se reblandecen y se deshacen como los helados al sol, porque sino, no tiene explicación que tengamos últimamente tal saturación de "diálogos para besugos" o de "diálogos absurdos". Tiene que ser el verano, sin duda, porque en otras épocas no nos pasa tan a menudo.
Yo, calculo, que en los últimos 20 ó 30 días hemos escuchado el mismo tipo de comentario como por lo menos...20 veces.
Vamos caminando por la calle al lado de Alberto, de paseo, cuándo en un momento cualquiera alguien se cruza con nosotros, acompañado de un niño o con otras personas, y haciendo alarde de una sabiduría innata suelta un comentario de esos que sientan cátedra: "mira, mira, son galgos o podencos", no dando a entender que son o una cosa o la otra, no. Afirman que son galgos o podencos, como que es lo mismo una cosa que otra. Yo miro la cara de Juana y Alberto, que hacen el mismo gesto mientras contestan...: "galgos, son galgos..." El otro replica: "ya, ya estaba explicando yo que eran galgos o podencos" (mira si marcan las fábulas!). De nuevo gesto de fastidio pero intentando ser educados. El osado continúa...
-¿Son perros para caza?
-No, no son perros para casa...
-Ah! ya... Pero son perros para caza...
Aaaaaargh!!!, Qué asco, ¡por dios!, es como hablar a una pared. Lo dicho, diálogo para besugos.
Otra. Hoy mismo, sin ir más lejos. Encontramos a un paisano que conocemos del barrio y que pasea acompañado de otro que no conocemos.
La primera en la frente. Mira de arriba abajo a nuestra Martina y espeta así como quien no quiere la cosa...
-Esto, es una perrigalga, y está gorda
-¿...?.
-¿Ya están probados...?
Veo que a Juana se le hincha la vena gorda: ¿Probados de qué? (lo hace con muuucho retintín).
-Para cazar, ¿para qué va a ser?
-Estos, señor, ni están probados ni van a estar. No es una perrigalga (si fuera daría igual), y si está gorda (que yo no creo) es porque es muy feliz y no tiene que trabajar para comer.
El paisano baja el tono y va el otro y acaba de rematar la faena.
-Pobres, con las barbaridades que hacen con ellos, los abandonan, los matan... Pero los que les hacen esas cosas no son cazadores, los cazadores no hacen esas cosas...
Creo que veo chispas saltar de la cabeza de una que se muerde la lengua para no cagarse en la boca del susodicho directamente...
-¿Y entonces si no son los cazadores, quién cojones lo hace?  Aquí se termina la conversación, creo que no tiene respuesta. Nosotros nos vamos. Me parece que están hasta arriba de estas historias, la verdad es que los entiendo. Es como dije más arriba, como hablar con una pared. Lo dicho, tenemos el ránking de diálogos absurdos.

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